Saltear al contenido principal

La Industria Conservera en 2025: Estabilización y Crecimiento

La industria conservera española atraviesa un momento de estabilización tras dos años lastrados por el aumento de los costes de la materias primas. Si 2024 fue un año de recuperación, 2025 apunta a ser de crecimiento y expansión, gracias, entre otros factores, a la moderación de costes, el auge del consumo interno y el aumento de las exportaciones. En este artículo, analizamos la evolución reciente del sector y sus perspectivas a medio plazo.

Recuperación en 2024

Tras un difícil 2023, en 2024 la industria de conservas experimentó una recuperación parcial gracias a la moderación de algunos costes y la estabilización de la demanda. Aunque el sector todavía no ha alcanzado los niveles de producción de hace cinco años, los indicadores muestran una tendencia positiva en comparación con años anteriores.

En términos generales, el volumen de producción experimentó una leve caída del 1%, pero el valor del mercado creció un 2,4%, lo que indica una recuperación progresiva de los márgenes de beneficio.

Uno de los factores clave que impulsaron esta recuperación fue la moderación de la inflación, que frenó el encarecimiento generalizado de los productos y permitió que más consumidores volvieran a optar por las conservas. Tras dos años de continuas caídas, el consumo interno creció un 4,3% en volumen y un 4,6% en valor, gracias a la estabilización de precios, la llegada de opciones más económicas y las intensas campañas promocionales impulsadas tanto por la industria como por la distribución

El Papel del Mejillón

La mejora de las condiciones climáticas en las rías gallegas y los avances en la producción de semilla en criaderos permitieron que la oferta de este producto aumentara. Como resultado, varias conserveras que habían reducido su producción de mejillón en años anteriores retomaron su procesado. Este factor, junto con la mayor disponibilidad de otras especies, contribuyó a estabilizar el abastecimiento de materias primas, aunque la escasez de algunas variedades sigue siendo una preocupación latente. 

Factores de Inestabilidad

A pesar de la recuperación, la industria sigue enfrentándose a diversos factores de inestabilidad que amenazan su sostenibilidad a largo plazo. Uno de los principales retos es la disponibilidad y el precio de las materias primas, especialmente el pescado y el marisco, cuya escasez ha sido una constante en los últimos años. 

Especies como el mejillón, la caballa y la anchoa han experimentado fluctuaciones en su oferta debido a problemas medioambientales, como las mareas rojas o la sobreexplotación de algunos caladeros. Esta situación ha llevado a un incremento en la dependencia de importaciones, lo que a su vez expone a la industria a la volatilidad de los mercados internacionales y a los cambios en las políticas comerciales de países exportadores.

Además, la crisis energética y las tensiones geopolíticas han generado fluctuaciones en los precios del combustible. En el ámbito internacional, las políticas de proteccionismo comercial de algunos países y los acuerdos de libre comercio de la Unión Europea con mercados como Vietnam y Tailandia podrían alterar el equilibrio en las exportaciones

La industria también observa con preocupación el posible endurecimiento de la política arancelaria de Estados Unidos, uno de los destinos más importantes para las conservas españolas, lo que podría afectar las exportaciones y reducir la competitividad del producto español frente a países como Marruecos o Ecuador.

Perspectivas para 2025

El futuro del sector para 2025 dependerá en gran medida de la disponibilidad de materias primas y de la evolución de los costes de producción y transporte, que siguen siendo factores impredecibles. Las empresas conserveras deberán continuar buscando estrategias para asegurar el suministro de materia prima, a través de acuerdos o asociaciones.

  • Demanda. Se espera que la demanda interna continúe en la senda de recuperación, aunque con un crecimiento moderado. La estabilización de precios, junto con la oferta de productos más accesibles y las estrategias promocionales de la distribución, jugarán un papel clave.
  • Exportaciones. Las exportaciones seguirán siendo un pilar fundamental para la industria, aunque su desempeño estará condicionado por las políticas comerciales internacionales.
  • Innovación. Las conserveras están apostando cada vez más por líneas de productos saludables, como ensaladas preparadas, platos listos para consumir y alternativas vegetales al atún. Además, la diferenciación mediante la introducción de sabores innovadores y salsas será una estrategia clave para atraer a nuevos consumidores.
  • Sostenibilidad. La presión por reducir el impacto medioambiental llevará a un mayor uso de materiales reciclables en los envases y a la implementación de procesos de producción más eficientes energéticamente. El acceso a ayudas y subvenciones del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea será un factor determinante en este proceso, permitiendo a muchas empresas modernizar sus instalaciones y mejorar su competitividad.

En definitiva, 2025 se presenta como un año de consolidación y transformación para la industria conservera. Pese a la incertidumbre, el sector cuenta con oportunidades para reforzar su posición mediante la innovación, la diversificación de productos y la expansión en mercados internacionales. La clave del éxito radicará en la capacidad de las empresas para adaptarse a los cambios, manteniendo el equilibrio entre competitividad y sostenibilidad.

Fuente: Conservas de Pescado y Marisco, Alimarket